lunes, 12 de mayo de 2008

¿Eres ana o mia?

Responsables, correctas, ansiosas, inteligentes. Comparten perfil. Viven un orden muy desordenado. Su concepto de perfección está distorsionado. No es un problema de vista ¡Más quisieran! No lo pueden evitar. Ellas son así.

Desesperadas y sumidas en la incomprensión, se buscan aprensivamente unas a otras para retroalimentarse. Lo mismo que un diabético busca consolarse en el pinchazo de insulina de algún compañero.

Algunas dedican horas en internet indagando nuevos métodos poco recomendables para alcanzar esa perfección suprema que tanto anhelan. Crean foros de conversación en los que antes de nada se hacen la pregunta del millón: ¿eres ana o mia? A partir de ahí comienzan los consejos y las penas. Normal, nadie las entiende ni quiere hacerlo.

Lo denominan problema pero no se atreven a llamarlo enfermedad. Les da tanto miedo que no las deja ni dormir. Su cerebro rechaza algo tan necesario como el comer. Nunca mejor dicho.

Bajo un aspecto superficial y mal aprendido, la anorexia y la bulimia son enfermedades mortales. Ellas no lo eligieron. Su peor desdicha no es esta. ¡Ojalá! Muchos las consideran locas de cabeza hueca.¡Qué equivocados están!

1 comentario:

Maria Martinez dijo...

Hola!
Pues sí, la anorexia y bulimia son enfermades mortales. Y su curación es tan complicada porque es de índole psicológica. No es como otras enfermedades en las que los pacientes las asumen y se medican porque lo que buscan es curarse. Los transtornos de la alimentación requieren, en primer lugar, la asunción por parte del enfermo, y sabemos que éste es el gran problema, la negación de que existe un problema, de que padecen una enfermedad y que es grave. ¿cómo ayudar a alguien que está enfermo, pero no lo quiere asumir porque ni siquiera lo ha manifestado explícitamente?¿cómo ayudar a tu prima que padece este transtorno desde hace 10 años, pero que ni su madre ha querido reconocer? Es un tema tabú a día de hoy. Y no es que no los comprendamos, es que previamente, como sabemos que todo está en la cabeza, y que si hablamos con ellos, lo van a negar...pues decidimos no intervenir, no ayudar,lavarnos las manos...no asumimos ningún tipo de compromiso, no nos creemos responsables, pues pensamos que es una enfermedad que ellas/os han elegido, por decirlo de alguna manera y aunque suene duro.