Siempre que leo los periódicos observo cómo la política imperiosa ocupa las portadas. Ahora lo que está de moda es la Chacón, el debate ideológico de la Espe o la recesión imparable. Si, todo importantísimo.
Para mayor sorpresa, veo que, hasta pasadas unas diez páginas no me entero de que un chico de unos 36 años, ha decapitado a su madre y ha paseado airosamente su cabeza por las calles. Pero esto sigue. Continúo pasando las hojas de mi tabloide y averiguo que un indeseable ibicenco ha abusado de sus cuatro hijas.
Dichoso criterio de selección. Me pregunto cómo es posible que en España, dónde la ignorancia acerca de asuntos ministeriales brilla por su presencia, la política sea siempre un tema de cabecera. Ni familias desoladas, ni condiciones precarias. Ni siquiera los genocidios tercermundistas merecen tal privilegio. Bueno si, el sensacionalismo a veces utiliza estas cosillas como instrumentillo facilón para aumentar tirada. Si el medio se siente solidario, igual da hasta una esquinita en primera página. De titular de cabecera, olvídense, Nanai de la china.
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